Jardín de Monet (Giverny, Francia)
Loco por las flores, en una ocasión Monet afirmó “a ellas les debo haberme convertido en pintor”.
Flotaban aun diez mil palabras suspendidas en el viento, conversaciones por él mantenidas con los nenúfares de su adorado jardín. Permanecían intactos sus senderos preferidos, aquellos en los que él montaba su caballete para pintar una y otra vez la abrumadora belleza que le rodeaba. A veces, si uno está atento, siente sus emociones en el lugar exacto desde donde Monet pintaba esa naturaleza exuberante que el mismo había creado. Yo monté mi caballete en ese mismo lugar.
Si me pierdo que sea contemplando la serenidad de estas aguas, paseando veredas, olvidando la mirada entre nenúfares y enredados mis sueños en las flores de este hermoso jardín,en los colores, en el tallo de los juncos, al pie de un sauce que llora en el estanque, en un puente que une dos orillas, entre capuchinas, tulipanes y pensamientos . Un lugar perfecto para quedarse dormido y ver pasar las estaciones.
Pedro Roldán
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